martes, 28 de diciembre de 2010

Tomar decisiones JUNTOS (la "forma" correcta)

Creo que la toma de decisiones es una parte fundamental del matrimonio. Dependiendo de esa toma de decisiones así irá tomando forma nuestro matrimonio.

Hay que buscar tomar las decisiones juntos, por muy claro que tengamos una idea o una decisión, pedir la opinión al otro quizás retarde la decisión pero tomar en cuenta a la otra persona siempre tendrá más pros que contras. Creo que eso es algo que muchos tienen claro, pero a la hora de ponerlo en la práctica no es tan fácil. El motivo... que no siempre tenemos la actitud de dialogar o sabemos que la otra persona no la tiene y preferimos tomarla solos que preguntarle al otro. Durante la vida en pareja hemos tomado decisiones juntos, sabemos hacerlo porque lo hemos hecho antes, el problema es que no siempre tenemos la oportunidad de esperar al momento perfecto para tomar esa decisión. Llegamos cansados del trabajo y no nos importa si debemos cenar pollo o pescado, no tenemos ganas de decidir ahora si debemos comprar un sofá nuevo o de qué color deben ser las cortinas. Por otra parte la otra persona puede estar igual de cansado pero hizo el esfuerzo de pensar en todo y está esperando tú aporte... o no está cansado/a pero lleva todo el día pensando con ilusión algo y la indiferencia o mala actitud puede lastimar.

Por eso, siempre es bueno cuando se va camino de casa intentar hacer ejercicios de relajación, intentar dejar atrás los problemas. Utilizar la técnica que mejor nos venga a nosotros para que al llegar a la casa, cuando el matrimonio vuelve a estar junto después de un largo día... ese tiempo que queda del día se pueda emplear de forma efectiva y productiva en el matrimonio. Para que aquello que nos afectaba en el trabajo no nos afecte en nuestra vida en común. Muchas veces rezar o hablar con el Padre puede ayudarnos mucho en liberar esa energía... porque Él es quien mejor nos conoce y Él que nos puede dar las mejores respuestas.

Otras veces compartir los problemas del trabajo con la pareja durante los primeros momentos y escuchar los del otro es una buena terapia también. A parte de expresar cómo nos sentimos con la otra persona, estamos compartiendo con nuestra pareja esa parte de nuestra vida en la que no está, una parte de nuestra vida dónde pasamos en muchas ocasiones la mayor parte de nuestra día. Estamos haciendo que nuestra pareja no sea ajena a ninguna parte de nuestra vida.

Por otra parte, en otras ocasiones no es tan importante lo que se decide, como la forma en que se decide.

Pongamonos en situación, llegamos felices de la luna de miel, deseando que todo sea perfecto en la vida en común y continuar en esa luna de miel continua donde nunca hay problemas. Pero no hay dos personas iguales, todos tenemos opinión para todo y no siempre coincidirá con la opinión de la otra persona. Por eso hay que tener cuidado con decir "como tú prefieras cariño". Muchas veces usamos esa fórmula para salir del paso. No conocemos la opinión del contrario, tememos no estar de acuerdo y queremos evitar el debate por miedo a que le siga una discusión, o simplemente es algo que no nos importa. Muchas veces el foco no está en nuestra respuesta, si no el motivo por el que se hizo la pregunta.

Cuando alguien nos hace una pregunta es porque espera una respuesta, o porque necesita nuestro apoyo, o porque necesita reafirmarse. Intentaré explicarme... Cuando estamos decorando la casa, eligiendo que comer, si ponerle más sal o menos a algo. Son cosas que pueden parecer triviales, son tonterias y muchas veces no requieren un análisis mayor. Pero si tu marido o esposa esta recolocando los muebles o colgando un nuevo cuadro o preparando una comida para unos amigos que vienen de visita. Lo que estamos haciendo implica un esfuerzo, al preguntar si ponerle pimienta o no a la comida, colocar el cuadro más a la izquierda o a la derecha o el orden en el que deben ir los sillones parece que no importa mucho, tres milímetros más arriba o abajo no parece que vaya a ser mucha diferencia en el resultado final. Así que la importancia no es tanto que respuesta demos, si no demostrar nuestro apoyo o colaborar en lo que se esté haciendo. Cuando uno se estresa o esta cansado... hasta para saber si se va a poner la camisa negra o la azul le pregunta a la pareja.

Por eso si se tiene una opinión siempre es más productivo darla que esconderla, es bueno buscar diálogo y debate. Acompañar la respuesta con un "¿qué opinas tú?" ayuda a ese diálogo o debate y ayuda a conocer también la opinión del otro. Porque las resoluciones siempre significan llegar a un punto en común y eso siempre es edificante y bueno para la pareja (hay que evitar el ¿si te gustaba el azul por qué me preguntaste? Da igual si me gusta el marrón o no escoge el que quieras).

Si es algo que no tiene importancia para nosotros... o no sabemos siempre es mejor decir "¿Por qué lo preguntas?" y así averiguamos que se espera de nosotros y qué es lo que de verdad le está molestando o cuál es el problema que tiene nuestra pareja...

Muchas veces evitar el "debate" no evita el problema... así que no debe ser una herramienta de la que debamos abusar.

Estos son sólo algunos ejemplos y consejos... pero hay muchos más.... Si tienes algún consejo o truco que te haya ayudado a TI por favor compártelo con nosotros en los comentarios.

Saludos,

Ana

jueves, 2 de diciembre de 2010

Preparación al MATRIMONIO de Pixar

Presentación

Mi nombre es Ana, tengo 26 años, soy cristiana y estoy casada.

Vivimos en un mundo donde lo normal es casarse tarde, cuando ya tienes tu vida resuelta y esperar, donde lo normal es vivir con tu pareja antes de casarte... donde el divorcio está a la orden del día... donde ser cristiano no está de moda. Por eso, después de comentarlo con gente amiga, he dado el primer paso en la creación de este blog por y para parejas jóvenes, para que juntos podamos ayudarnos a definir y conciliar el matrimonio, con la juventud y sin olvidarnos del camino cristiano.

El matrimonio es un gran proyecto de vida, una experiencia maravillosa y que trae grandes satisfacciones, pero no es un proyecto fácil. Cristo nos dio unas pautas muy claras para nuestra vida y sobre todos los aspectos de nuestra vida, por eso ante la adversidad en nuestro matrimonio Cristo también tiene muchas de las soluciones, y si no tiene las soluciones, nos da el camino correcto para encontrarlas.

Cuando te casas comienzas una vida en común con la persona que amas y todo es maravilloso, pero también hay problemas. Eso no es malo, simplemente que cada persona es diferente, se ha criado de forma diferente y tiene hábitos y costumbres diferentes. Una vez casados llega la hora de cruzar los caminos y buscar uno es común. Desde en que lugar de la cama quiere dormir cada uno, cuando hacer la colada, donde gastar el dinero y donde ahorrarlo... o decidir que temperatura poner en la casa porque uno es friolero y el otro caluroso. Muchas de estas cosas pueden parecer tonterias, y quizás lo sean, pero cuando uno esta cansado, estresado,... se convierten en excusas maravillosas para comenzar una pelea.

A todos estos problemas comunes si les añadimos la juventud añadimos mas problemas al cóctel. El motivo es que hay muchos cambios en nuestra vida, se pasa de ser estudiantes a trabajadores, no se tiene un trabajo fijo y se emplean muchas horas intentando conseguir algo mejor para sustentar a la familia que se acaba de crear. Antes estos problemas no eran tan evidentes, el motivo, cada uno tenía su rincón en el que podía ´'esconderse' para liberar ese estrés y se está más relajado cuando te ves con tu pareja... aunque se compartan las experiencias es mas fácil evitar las confrontaciones. Ahora la vida es en común y hay que aprender a liberar ese estres delante de la otra persona y aprender a ayudar a tu pareja a hacer lo mismo para que eso no debilite la pareja.


Todos esos pequeños detalles malos de nuestra personalidad intentabamos esconderlos de la otra parte, eso ya no es posible... pero que maravilloso es saber que una persona conoce todo sobre ti, lo bueno y lo malo, y aún así te abraza y te ama con todo su corazón.

Yo soy joven (o eso me gustaría creer), mi pareja también, y estamos recien casados. Quizás no tengamos mucha experiencia como matrimonio pero estamos viviendo esta situación y la estamos afrontando de manera cristiana. Nuestros problemas o soluciones no tienen porque servir para uno y cada uno de los matrimonios pero a lo mejor tenemos algunos parecidos, conocemos personas en situaciones parecidas o a lo mejor conocer nos hace evitar ese tipo de situaciones.

El amor, la fe y el diálogo pueden resolver muchos más problemas de los que uno se imagina. Recordar que en el matrimonio las peleas no hay que 'ganarlas', hay que dejar a un lado el orgullo muchas veces y dar tu brazo a torcer aunque pienses que tienes razón. ¿De qué sirve el orgullo y ganar una batalla si eso deteriora tu matrimonio? ¿De qué sirve dejar de hablar a la otra persona hasta que te pida perdón? Meditar, calmarse hasta ser capaz de hablar de la situación sin ofender o atacar a la otra persona y luego buscar la manera de arreglarlo o aclararlo es mucho mas productivo. Acostumbrarse a irse a dormir y ser capaz de hacerlo sin haber hecho las paces con la otra parte es muy peligroso.

Por eso desde aquí me gustaría hacer un llamamiento a aquellas parejas interesadas en compartir sus experiencias o en compartir sus dudas para entre todos ser capaces de llegar a viejos con esa persona que amamos... y permanecer en el camino cristiano siempre.