Creo que la toma de decisiones es una parte fundamental del matrimonio. Dependiendo de esa toma de decisiones así irá tomando forma nuestro matrimonio.
Hay que buscar tomar las decisiones juntos, por muy claro que tengamos una idea o una decisión, pedir la opinión al otro quizás retarde la decisión pero tomar en cuenta a la otra persona siempre tendrá más pros que contras. Creo que eso es algo que muchos tienen claro, pero a la hora de ponerlo en la práctica no es tan fácil. El motivo... que no siempre tenemos la actitud de dialogar o sabemos que la otra persona no la tiene y preferimos tomarla solos que preguntarle al otro. Durante la vida en pareja hemos tomado decisiones juntos, sabemos hacerlo porque lo hemos hecho antes, el problema es que no siempre tenemos la oportunidad de esperar al momento perfecto para tomar esa decisión. Llegamos cansados del trabajo y no nos importa si debemos cenar pollo o pescado, no tenemos ganas de decidir ahora si debemos comprar un sofá nuevo o de qué color deben ser las cortinas. Por otra parte la otra persona puede estar igual de cansado pero hizo el esfuerzo de pensar en todo y está esperando tú aporte... o no está cansado/a pero lleva todo el día pensando con ilusión algo y la indiferencia o mala actitud puede lastimar.
Por eso, siempre es bueno cuando se va camino de casa intentar hacer ejercicios de relajación, intentar dejar atrás los problemas. Utilizar la técnica que mejor nos venga a nosotros para que al llegar a la casa, cuando el matrimonio vuelve a estar junto después de un largo día... ese tiempo que queda del día se pueda emplear de forma efectiva y productiva en el matrimonio. Para que aquello que nos afectaba en el trabajo no nos afecte en nuestra vida en común. Muchas veces rezar o hablar con el Padre puede ayudarnos mucho en liberar esa energía... porque Él es quien mejor nos conoce y Él que nos puede dar las mejores respuestas.
Otras veces compartir los problemas del trabajo con la pareja durante los primeros momentos y escuchar los del otro es una buena terapia también. A parte de expresar cómo nos sentimos con la otra persona, estamos compartiendo con nuestra pareja esa parte de nuestra vida en la que no está, una parte de nuestra vida dónde pasamos en muchas ocasiones la mayor parte de nuestra día. Estamos haciendo que nuestra pareja no sea ajena a ninguna parte de nuestra vida.
Por otra parte, en otras ocasiones no es tan importante lo que se decide, como la forma en que se decide.
Pongamonos en situación, llegamos felices de la luna de miel, deseando que todo sea perfecto en la vida en común y continuar en esa luna de miel continua donde nunca hay problemas. Pero no hay dos personas iguales, todos tenemos opinión para todo y no siempre coincidirá con la opinión de la otra persona. Por eso hay que tener cuidado con decir "como tú prefieras cariño". Muchas veces usamos esa fórmula para salir del paso. No conocemos la opinión del contrario, tememos no estar de acuerdo y queremos evitar el debate por miedo a que le siga una discusión, o simplemente es algo que no nos importa. Muchas veces el foco no está en nuestra respuesta, si no el motivo por el que se hizo la pregunta.
Cuando alguien nos hace una pregunta es porque espera una respuesta, o porque necesita nuestro apoyo, o porque necesita reafirmarse. Intentaré explicarme... Cuando estamos decorando la casa, eligiendo que comer, si ponerle más sal o menos a algo. Son cosas que pueden parecer triviales, son tonterias y muchas veces no requieren un análisis mayor. Pero si tu marido o esposa esta recolocando los muebles o colgando un nuevo cuadro o preparando una comida para unos amigos que vienen de visita. Lo que estamos haciendo implica un esfuerzo, al preguntar si ponerle pimienta o no a la comida, colocar el cuadro más a la izquierda o a la derecha o el orden en el que deben ir los sillones parece que no importa mucho, tres milímetros más arriba o abajo no parece que vaya a ser mucha diferencia en el resultado final. Así que la importancia no es tanto que respuesta demos, si no demostrar nuestro apoyo o colaborar en lo que se esté haciendo. Cuando uno se estresa o esta cansado... hasta para saber si se va a poner la camisa negra o la azul le pregunta a la pareja.
Por eso si se tiene una opinión siempre es más productivo darla que esconderla, es bueno buscar diálogo y debate. Acompañar la respuesta con un "¿qué opinas tú?" ayuda a ese diálogo o debate y ayuda a conocer también la opinión del otro. Porque las resoluciones siempre significan llegar a un punto en común y eso siempre es edificante y bueno para la pareja (hay que evitar el ¿si te gustaba el azul por qué me preguntaste? Da igual si me gusta el marrón o no escoge el que quieras).
Si es algo que no tiene importancia para nosotros... o no sabemos siempre es mejor decir "¿Por qué lo preguntas?" y así averiguamos que se espera de nosotros y qué es lo que de verdad le está molestando o cuál es el problema que tiene nuestra pareja...
Muchas veces evitar el "debate" no evita el problema... así que no debe ser una herramienta de la que debamos abusar.
Estos son sólo algunos ejemplos y consejos... pero hay muchos más.... Si tienes algún consejo o truco que te haya ayudado a TI por favor compártelo con nosotros en los comentarios.
Saludos,
Ana
Estimada amiga ANA. Tu post me ha servido para recordar el caso de GISELA Y JOSÉ. Se puede leer en esta dirección: http://www.portumatrimonio.org/p/vinetas/gisela-y-jose/
ResponderEliminar¡GRACIAS por tus aportes! y ¡ADELANTE!
Con Espíritu nuevo construyamos Matrimonios y Familias nuevas.
Muchas gracias Jose Luis. Lei las historias y la verdad que son muy enriquecedoras... muchos las toman como idealistas pero la verdad... tras las experiencias y pruebas que nos han puesto a mi marido y a mi, puedo decir que son historias reales, que pasa y que lo unico que nos detiene para que nos suceda a nosotros... somos nosotros mismos.
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